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Enfermedades cardiorrespiratorias en perros y gatos

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Enfermedades cardiorrespiratorias en perros y gatos

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Entrevista a J. Alberto Montoya: La dirofilariosis es una enfermedad infradiagnosticada

En esta entrevista, el experto J. Alberto Montoya trata en detalle los puntos más relevantes sobre esta terrible enfermedad, silente y en muchos casos mortal para los gatos.

J. Alberto Montoya et al. Seroprevalence of Feline Heartworm in Spain: Completing the Epidemiological Puzzle of a Neglected Disease in the Cat. Frontiers in Veterinary Science. 2022

Estudio publicado en 2022 para evaluar la prevalencia de esta enfermedad en gatos en España.

Infografía para familias de gatos sobre la dirofilariosis felina

Descarga este póster para explicarle esta enfermedad de forma sencilla a las familias de gatos

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Módulo Dirofilariosis felina: epidemiología e incidencia, claves diagnósticas y de prevención.

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Germán Perez

LV, CPCertFel. Director veterinario Kato clínica felina

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Módulo Dirofilariosis felina: epidemiología e incidencia, claves diagnósticas y de prevención.

Parte 1

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1.1

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Dirofilariosis felina, una parasitosis emergente.
 

La dirofilariosis es una enfermedad vectorial transmitida por mosquitos que, aunque afecta principalmente a la especie canina, también puede afectar a otras especies de carnívoros domésticos, como el hurón, gato, incluso al hombre.

El gato no actúa como hospedador definitivo, por lo que el ciclo biológico del parásito es diferente al del perro, así el número de larvas tanto jóvenes como adultas que afectan al gato es  mucho menor que en el perro, a esto es necesario añadir que el gato ofrece una mayor respuesta inmunológica frente al parásito haciendo que los signos clínicos sean diferentes; incluso podemos tener un alto número de animales asintomáticos durante años. Todo esto sumado a la dificultad en su diagnóstico en la especie felina hace que el manejo de estos pacientes pueda ser todo un reto.

1.2

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¿Es un parásito del medio rural?

 

La dirofilariosis ha sido identificada en todo el planeta, ganando poco a poco mayor relevancia ya que su expansión ha ido en aumento, no solo por los cambios medioambientales globales si no por el propio efecto del ser humano, el desarrollo urbanístico ha favorecido la creación de nuevas áreas de fuentes de aguas y alteraciones en el drenaje de éstas, creando el nicho perfecto para el desarrollo de los moquitos que trasmitirán la dirofilariosis. Es importante recordar que el mosquito podrá reproducirse en pequeños recipientes tales como macetas o zonas de alcantarillado. Todo esto potenciado por los microambientes creados por las “islas de calor” de los nuevos asentamientos humanos que pueden alargar la presencia de las larvas de dirofilarias en los mosquitos vectores incluso en los meses más fríos. Por lo que ha de dejarse de considerar una enfermedad del medio rural.

1.3

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¿Pueden los gatos infectarse por filariosis?

Aunque menos conocida, la especie felina puede adquirir la infección por Dirofilaria immitis a través de la picadura de un mosquito, siendo en Europa  los principales responsables de su transmisión el Culex pipiens, Aedes vexans y Aedes albopictus.

Tras la infección puede llegar a desarrollarse la enfermedad del gusano del corazón felina o la enfermedad respiratoria asociada al gusano del corazón, dependiendo de si las lesiones son producidas por las formas adultas o larvarias, respectivamente.

1.4

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¿Qué condiciones requiere D. immitis para transmitirse?
 

Una circunstancia fundamental para la transmisión de la dirofilariosis es tener unas condiciones de humedad y temperatura adecuadas que permitan mantener una población permanente y viable de mosquitos. Así como que permitan que las microfilarias ingeridas por éstos maduren en su interior hasta alcanzar la fase de L3 como larvas infectantes. La maduración de las larvas puede detenerse en el interior del hospedador a una temperatura inferior a 14 ºC, por lo que la transmisión de D. immitis será menor en invierno; no obstante, en nuestras latitudes, donde tenemos altas temperaturas y muchas horas de luz junto con los microambientes que encontramos en las ciudades, la transmisión nunca se reduce a cero. Son los meses entre julio y agosto en los que tenemos mayores picos de transmisión.

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Parte 2

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2.1

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¿Cómo actua como hospedador el gato?

Al contrario que el perro, el cual es el hospedador natural, el gato actúa como hospedador imperfecto, así pues, el mosquito inocula en los gatos las larvas L3, de las que tan solo unas pocas (entre 1 – 6 por gato) alcanzarán su estado adulto en los siguentes 7 – 9 meses, al contrario de lo que sucede en el perro en el que el 75 % de las larvas alcanzarán la madurez sexual entre los 4 – 6 meses post-infección. De la misma manera, en el gato, la producción de microfilarias será muy baja, tan solo el 20% de los gatos infectados desarrollarán gusanos machos y hembras adultas.

La esperanza de vida de los parásitos adultos también es menor en el gato, tan solo de 2 a 4 años comparada con los 7 del perro.  Tras este periodo, si no hay reinfección o consecuencias tras la muerte del parásito de forma natural, el gato puede conseguir la curación espontánea.

2.2

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¿Qué diferencias podemos encontrar entre el perro y el gato en la infección por         dirofilariosis?
 

Aunque los gatos son susceptibles a la infección, son bastante más resistentes a ella que los perros. Los gatos afectados tienen muchos menos parásitos adultos que los perros  debido a una maduración más lenta por parte de las larvas en fase L3, pero incluso la presencia de un parásito adulto puede producir síntomas en el gato. Normalmente encontraremos de 1 a 2 parásitos adultos y en el 30 % de las ocasiones son del mismo sexo, hecho importante para el diagnóstico mediante test de antígenos.

Es poco frecuente encontrar microfilarias en gatos, y cuando aparecen es más tarde que en perros y se mantienen durante menos tiempo. Los gatos presentan una resistencia natural a la dirofilariosis produciendo la muerte de las microfilarias por parte de su sistema inmune.

2.3

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¿Qué prevalencia de D. immitis hay en gatos?

La verdadera prevalencia de D. immitis felina, es hoy por hoy, desconocida en España y posiblemente muy subestimada debido a su dificultad en el diagnóstico y a la mayor tendencia de los gatos a presentar síntomas leves y transitorios o incluso muerte súbita sin poder confirmar la presencia del parásito. De forma general se estima que la prevalencia en felinos puede ser entorno al 5 – 15 % de la prevalencia en perros de la misma zona.

2.4

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¿Qué sintomatología muestran los gatos infectados por D. immitis?
 

La importancia clínica de la dirofilariosis felina es mayor aún al tener en cuenta que incluso un número bajo de parásitos puede ser una amenaza para la vida del hospedador.

Los síntomas pueden ser variables, tras producirse la muerte de las formas juveniles a los 3 – 4 meses postinfección o por la presencia o muerte de las formas adultas.  Así pues, tras la muerte de las larvas, puede producirse un tromboembolismo pulmonar grave  originando una respuesta eosinofílica en los pulmones  produciendo la denominada Enfermedad Respiratoria Asociada al Gusano del Corazón (HARD). En el caso de la muerte o presencia de las formas adultas, estás pueden originar un cuadro de anafilaxis sistémica aguda o incluso muerte súbita causada  por un trombolembolismo por la muerte de los parásitos adultos, aunque los síntomas más frecuentes son los derivados de una inflamación crónica broncoalveolar.

2.5

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¿Qué sintomatología muestran los gatos infectados por D. immitis?
 

La sintomatología más frecuente de la filariosis felina, en el caso de la infección de las formas adultas es la disnea de leve a moderada junto con tos crónica, pudiendo llegar a confundirse con procesos asmáticos.  El vómito también puede aparecer con relativa frecuencia, apareciendo hasta en un ¼ de los gatos afectados por filariosis.

Cuando se produce la muerte de las formas adultas, pueden desarrollarse signos de anafilaxia con insuficiencia respiratoria grave, hipotensión, vómitos y diarrea. Incluso puede producirse la muerte súbita del animal por un tromboembolismo pulmonar o por una hemorragia grave debido a la disección de la arteria pulmonar.

En ciertas ocasiones, pueden producirse migraciones aberrantes de las formas larvarias, pudiendo aparecer síntomas neurológicos (síncopes, colapso, ataxia, convulsiones, paraparesia, monoparesia, ceguera y síndrome vestibular) o efusiones pulmonares. 

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Parte 3

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3.1

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¿Cómo podemos diagnosticar la filariosis en gatos?
 

El diagnóstico de la filariosis felina puede verse complicado por el bajo número de parásitos presentes en el gato siendo en ocasiones incluso del mismo sexo, por lo que es necesario la realización de diversas pruebas complementarias, como la detección serológica de anticuerpos y antígenos, estudio radiográfico torácico y ecocardiografía.

La combinación de todas ellas puede acercarnos a la detección de parásito; no obstante, podemos tener con frecuencia casos de falsos positivos y negativos, por lo que su diagnóstico puede ser frustrante en ciertas ocasiones.

3.2

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Hallazgos en el examen físico de los gatos infectados por D. immitis.
 

Frecuentemente, la infección por dirofilariosis no producirá sintomatología alguna en los gatos o en caso de aparecer, puede ser leve y transitoria. Los signos pueden ser leves e inespecíficos siendo predominantemente respiratorios y en algunas ocasiones gastrointestinales (vómitos) y puntualmente neurológicos. Los síntomas crónicos respiratorios son los más frecuentes, como tos, taquipnea y mayor esfuerzo respiratorio. En algunas ocasiones podemos encontrar soplo cardiaco si encontramos parásitos adultos en la unión auriculoventricular derecha al interferir en el correcto funcionamiento de la válvula tricúspide.

Algunos gatos pueden padecer anorexia y pérdida de peso. La ascitis, hidrotórax, quilotórax, ataxia, convulsiones y síncopes también pueden aparecer, pero en menor frecuencia. En casos hiperagudos, encontraremos una combinación de síntomas respiratorios, ataxia, colapso, hemoptisis.

3.3

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¿Cómo podemos interpretar los test serológicos? Antígenos.
 

En perros, el test de antígenos es la prueba de referencia, no siendo así en gatos, ya que las infecciones suelen ser únicamente de parásitos machos o bien por gusanos inmaduros. Los actuales test diagnósticos identifican la mayoría de infecciones siempre y cuando se presente al menos un gusano hembra, así pues es frecuente encontrar falsos negativos.

Aunque algunos estudios indican que el calentamiento de la muestra a 104ºC durante 10 minutos rompen los complejos antígeno- anticuerpo, liberando los antígenos pudiendo ser más precisos los resultados, no obstante, no se recomienda este procesamiento de las muestras de forma rutinaria ya que no lo especifican así las instrucciones de los test.

3.4

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¿Cómo podemos interpretar los test serológicos?  Anticuerpos.
 

La detección de anticuerpos puede detectar la infección a partir de los dos meses post-infección. No obstante, un resultado positivo tan solo indicaría una exposición del gato a la filaria, no determinando el estado del desarrollo de ésta dentro del mismo, además la duración de la respuesta de anticuerpos varía enormemente entre individuos, pudiendo detectarse estos incluso cuando el animal ya haya superado la infección, por lo que tendríamos falsos positivos.

Los test serológicos tanto de anticuerpos como de antígenos son elementos imprescindibles para el diagnóstico de dirofilariosis felina y empleándolos de forma conjunta aumentamos la probabilidad de obtener un diagnóstico correcto.

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Parte 4

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4.1

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¿Es útil la detección de microfilarias en gatos?
 

En gatos, la presencia de microfilarias es menor que en perros, y raramente se observan en el momento de ser examinados. Menos del 20% de los gatos infectados presentarán microfilaremia y en caso de producirse, tan solo será detectada durante 1 – 2 meses (7 – 8 meses tras infección), así pues, el test para detectar microfilaremia como el test de Knott modificado resultan de poca utilidad en esta especie.

4.2

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¿Qué veremos en la radiografía torácica?
 

Los principales cambios radiográficos que podemos encontrar son el aumento lobar y periférico de la arteria pulmonar y un patrón broncointersticial que puede ser focal o difuso, siendo más marcado en los lóbulos pulmonares caudales.  Puede tenerse como referencia el ratio obtenido entre el ancho de la arteria pulmonar derecha junto con el ancho de la novena costilla, en su proyección DV o VD. En caso de obtener un valor superior a 1,6 la infección por dirofilariosis es altamente probable.

La silueta cardiaca raramente la veremos aumentada. Un cambio sugerente puede ser la presencia de un patrón  broncointersticial que puede desaparecer de forma espontánea meses más tarde. Es frecuente encontrar hiperinsuflación pulmonar, aplanamiento del diafragma, lóbulos pulmonares consolidados y en raras ocasiones efusión pleural o neumotórax.

En algunos casos de infección por dirofilariosis puede que no encontremos ninguna alteración a nivel radiográfico que nos haga sospechar de la infección.

4.3

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¿Es útil la ecocardiografía en la detección de la dirofliariosis felina?
 

La ecocardiografía puede ser muy útil para la identificación de formas adultas, sin embargo la sensibilidad de la prueba puede tener una alta variabilidad (entre 40 – 100 %)  dependiendo de la experiencia del examinador. Los parásitos se detectarán como líneas hiperecoicas paralelas localizadas principalmente en las arterias pulmonares y con menos frecuencia en el atrio derecho, ventrículo derecho y vena cava. Es importante recordar que un examen ecocardiográfico en el que no se detecten gusanos no descarta su presencia, ya que puede que aún no se hayan desarrollado las formas adultas o bien hayan pasado desapercibidas por el examinador.

4.4

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¿Cómo tratamos la dirofilariosis felina? Tratamiento médico.
 

Para los casos en los que tenemos el diagnóstico certero de la infección, pero hay ausencia de síntomas clínicos, se recomienda la monitorización serológica del paciente cada 6 – 12 meses.

Para el tratamiento médico de la filariosis felina tenemos ciertas limitaciones, ya que no contamos actualmente con ningún tratamiento adulticida aprobado para su uso en gatos. Además, el empleo de los fármacos adulticidas existentes tiene el alto riesgo de originar tromboembolismo pulmonar y reacciones anafilácticas tras la muerte abrupta de las formas adultas.  El tratamiento adulticida no aumenta la tasa de supervivencia de los gatos infectados.

La prednisolona será el fármaco de elección para el control de los síntomas respiratorios a una dosis de 2 mg/ kg SID para ir reduciéndola de forma gradual hasta encontrar la mínima dosis en la que el paciente no muestra sintomatología alguna.

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Parte 5

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5.1

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¿Cómo tratamos la dirofilariosis felina? Tratamiento quirúrgico.
 

Podría valorarse la extirpación quirúrgica de los parásitos, no obstante ha de elegirse cuidadosamente el paciente ideal para esto y el procedimiento ha de realizarse por profesionales especializados ya que si durante el procedimiento algunos de los parásitos se rompe o daña desprendiendo trozos de cutícula podría desencadenar una reacción anafiláctica fatal.

5.2

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Monitorización de los gatos infectados.
 

Todos los gatos infectados que estén siendo tratados, presenten o no síntomas clínicos, deben chequearse mediante pruebas serológicas cada 6 – 12 meses para valorar la evolución de su estado de infección.

La eliminación de la infección, tanto de manera espontánea (frecuente en gatos), como inducida por el tratamiento en gatos positivos a antígenos producirá la desaparición de la antigenemia en 4 – 5 meses; una vez que el gato es negativo y esté clínicamente sano, repetir el test de antígenos.

5.3

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¿Cómo proteger a los gatos frente a la infección por Dirofilariosis immitis?
 

La mayoría de los gatos que vemos en consulta viven en el interior de las casas, por lo que están más protegidos a la picadura de mosquitos que los perros. No obstante, estos gatos indoor siguen estando expuestos a la infección, se estima que hasta el 25% de los gatos infectados por filariosis son de vida indoor así pues es necesario considerar esta parasitosis a la hora de desarrollar los planes antiparasitarios.

La administración de la quimioprofilaxis trimestral como preventivo, es la manera más eficaz de proteger el gato. Debería de iniciarse 30 días antes del periodo de riesgo y mantenerlo tras la finalización del mismo.

Es importante considerar la protección anual por la presencia del vector durante todo el año; además, las moléculas empleadas o la combinación de estas tienen efecto protector frente a otras parasitosis. Actualmente contamos con productos de aplicación trimestral que aplicados por el veterinario en consulta permiten un correcto cumplimiento de los protocolos preventivos; esto nos permite un tratamiento regular
cubriendo posibles periodos sin protección y mejorando el cumplimiento por parte de los tutores.

Contamos con diferentes moléculas para la prevención por Dirofilaria immitis en gatos:

  • Moxidectina
  • Ivermectina
  • Milbemicina oxima
  • Selamectina
  • Eprinomectina;

5.4

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¿Es interesante testar rutinariamente a los gatos frente a dirofilariosis?
 

En perros es rutinario el chequeo serológico anual antes de iniciar el tratamiento preventivo, no obstante, esta práctica en gatos no está extendida. Principalmente por la dificultad en su diagnóstico y en el desconocimiento por parte del clínico de la importancia de esta parasitosis en gatos.

Aunque no es necesario su chequeo antes de iniciar su tratamiento preventivo, sí que es interesante su estudio en aquellos gatos con tos esporádica, considerando entonces este estudio como parte del protocolo diagnóstico, y en aquellos gatos seropositivos para valorar la evolución de la infección. No obstante, es importante recordar que un alto número de gatos pueden ser asintomáticos a la infección, por lo que este chequeo serológico puede permitirnos detectar este tipo de paciente y hacer un mejor control de la enfermedad.